domingo, 26 de mayo de 2013

Breve resumen del barrismo en Latinoamérica.



A continuación podrás encontrar un pequeño resumen de las barras bravas en Sudamérica.

Argentina: 

Una barra brava, en Argentina, es un grupo organizado dentro de la hinchada de un club de fútbol que cumple varias funciones prefijadas y organizadas, como la realización de cánticos (canción de cancha) y el despliegue de material pirotécnico durante el desarrollo de los partidos con la finalidad de alentar a su equipo. Tienen la característica el ser generadores de diversos incidentes dentro y fuera del estadio, muy a menudo con el empleo de armas blancas y de fuego. 

Las barras bravas, se identifican con la utilización de banderas (denominadas trapos) con los colores del club, los cuales (según algunos autores) tienen el carácter sagrado similar al del tótem, y diversos instrumentos musicales, particularmente los bombos. Estas barras también se caracterizan por ubicarse en las tribunas populares, aquéllas que frecuentemente carecen de asientos y donde los espectadores deben ver el partido de pie. 





La violencia en el fútbol argentino ha estado presente prácticamente desde sus comienzos, aunque las barras bravas fueron un fenómeno posterior. Desde el primer asesinato registrado, ocurrido en Montevideo, en 1924, luego del último partido del Campeonato Sudamericano entre los locales y la selección argentina, hasta comienzos del siglo XXI, este fenómeno se ha cobrado una cifra estimativa de por lo menos un centenar y medio de víctimas fatales y gran cantidad de heridos. Hasta el año 2000, sólo 16 casos terminaron en condena, involucrando a 33 personas. 






Chile:

Si bien, durante los años 1910 y 1920 los incidentes causados por los aficionados eran habituales en Chile, los primeros grupos organizados hacen su aparición pública a fines de 1988 con ocasión de un partido entre Colo-Colo y la Universidad de Chile, el cual finalizó con graves incidentes protagonizados por la Garra Blanca, grupo formado en 1986. En respuesta, en 1989, un grupo de hinchas de la Universidad de Chile crean la barra de Los de Abajo, y más tarde, en 1992, un grupo de hinchas de la Universidad Católica fundan la barra Los Cruzados. 

Si bien, el fenómeno tiene su origen a fines de la década de 1980, este alcanzó notoriedad pública en la primera mitad de los años 1990 influidos a través del fenómeno gestado en Latinamérica, precisamente en Argentina. En 1993, a raíz de serios incidentes en las inmediaciones del estadio Monumental de Colo-Colo entre la Garra Blanca y Los de Abajo, que terminaron con 70 detenidos y graves destrozos en el estadio y en sus alrededores, se comenzó a discutir la necesidad de crear una Ley que castigara específicamente este tipo de hechos. 





A partir de entonces los enfrentamientos entre Barras Bravas se hicieron comunes, causando millonarios daños materiales, registrándose además numerosos casos de heridos por golpizas, pedradas, arma blanca o armas de fuego, llegando incluso a provocar la muerte de personas. Entre estos últimos, destaca la golpiza de seis barristas de Los de Abajo al hincha de Colo-Colo Ricardo Pitrón y el asesinato por un disparo de la hincha de Colo-Colo, Gloria Valenzuela de 17 años, hecho atribuido a los barristas de Universidad de Chile, ambos ocurridos en 1999. 

Desde mediados de la década de 1990 el fenómeno se ha expandido a otras ciudades y regiones del país, como por ejemplo Valparaíso, Concepción o Coquimbo, donde esos grupos han protagonizado serios actos de violencia.





Colombia:

Por su parte, en Colombia el fenómeno empezó en los albores de la década de 1990 a partir de la rivalidad entre hinchas de clubes de Bogotá, Medellín y Cali, extendiéndose luego a otros lugares del país. A partir de este momento, comienza a reemplazarse el tradicional modo pasivo de asistir al fútbol en Colombia, por uno activo y protagonista del espectáculo. Dicho fenómeno trasciende los márgenes de los recintos deportivos, empezando a configurarse como tribus urbanas que marcan el territorio por medio de graffitis, y generan actos de violencia entre los distintos grupos 




En los inicios del siglo XXI las barras bravas colombianas han presentado importantes progresos en su organización, lo que les ha valido una mayor representación al interior de los clubes de fútbol, de los cuales consiguen entradas para los compromisos y patrocinios para viajes a nivel local e internacional. Sin embargo, a causa de este creciente poder, en algunos grupos se han presentado divisiones y disputas internas, las cuales han generado enfrentamientos violentos entre diferentes Barras Bravas de un mismo equipo. 

Las barras bravas en Colombia se han caracterizado por su influencia argentina. Los términos lingüísticos, las actividades en los estadios y en las calles, los cantos y los iconos de las barras, entre otros, reflejan la 'argentinización'. No obstante, también existe un movimiento pro-colombiano dentro de la mayoría de las barras, donde se adoptan elementos típicos del folclor local.





México:

Los aficionados mexicanos, tradicionalmente se organizaban en porras las cuales poseían su propia identidad y creatividad, en las que participaban personas de todas las edades. Este tipo de hinchada, fue opacado, y progresivamente desplazado por el surgimiento de las barras bravas a mediados de la década de 1990. 




Si bien no se carcterizan por ser particularmente violentas, en 2007 la Federación Mexicana de Fútbol tuvo que hacer modificaciones al reglamento de entrada a estadios, luego de que las barras bravas de Pachuca y de Cruz Azul protagonizaran serios incidentes tras un partido, registrándose múltiples heridos.





Uruguay:

En Uruguay este fenómeno nace un poco antes que en Argentina. La primera barra brava del país surgió en el Club Atletico Peñarol, quien consta de la primera hinchada del Uruguay conocida como Barra Amsterdam fundada a principios de la década de 1960. En respuesta a este grupo, a mediados de la década de 1970 se creó una similar en el Club Nacional de Football. Ambas registran amplios niveles de conflictividad entre ellos, y han generado numerosos actos de violencia, llegando al asesinato. 




Paralelamente a estas barras bravas, existen otras menos numerosas en clubes como Cerro y Rampla Juniors quienes disputan el clásico del Cerro generando numerosos hechos de violencia y en clubes como Danubio Fútbol Club y Defensor Sporting.








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